Elementos de Intervención en la Rehabilitación de Fachadas

La rehabilitación se asocia a la puesta al día, es decir, a una intervención general que puede combinar tanto consolidaciones como sustituciones y nuevas aportaciones tecnológicas o de materiales.

Existen numerosos procesos de actuación en la rehabilitación de fachadas, principalmente condicionados por las técnicas de trabajo, las herramientas utilizadas y la zona de actuación.

ELEMENTOS DE INTERVENCIÓN ANTE LESIONES DE SUCIEDAD

En la elección del sistema de limpieza, hay que analizar el material que se ha utilizado en la fachada, el tipo y el nivel de suciedad, y el grado de alteración del material. Para verificar la eficacia y la no agresividad del sistema que se vaya a utilizar, se realizaran pruebas previas.

La limpieza de una fachada no se limita solo a limpiar un revestimiento, sino que tambien estabiliza y hasta elimina una patología vinculada a fenómenos bioquímicos y prepara la aplicación posterior de los productos de reparación o de protección.

Limpieza mediante cepillado:

Este tipo de limpieza consiste en un cepillado manual con cepillo blando y agua y posterior aclarado con chorro de agua también. Elimina las sales en eflorescencias y no deteriora los materiales blandos y frágiles. Es un método lento y laborioso y necesita de un gran consumo de agua. No permite limpiar costras muy duras.

Limpieza mediante procedimientos húmedos, proyección de agua o vapor a presión:

Limpieza mediante proyección de agua a presión, regulada según la suciedad hasta 120 atm y alejando mas o menos el chorro de proyección. Para disminuir el tiempo de actuación y eliminar con mayor facilidad la suciedad, se utiliza agua calentada a mas de 90º C, o vapor de agua.

El detergente junto con un cepillado a mano de cerdas blandas ayuda a disolver la suciedad. Las ventajas que conlleva este tipo de limpieza son el reblandecimiento de las costras, la eliminación de sales en eflorescencias, y que no es muy agresivo para el material pétreo. Los inconvenientes son que es un método lento, poco efectivo, necesita un gran consumo de agua y no puede utilizarse en zonas con riesgo a heladas, ni sobre materiales moderada o fuertemente alterados.

Limpieza mediante proyección de partículas, arena seca o húmeda:

Este tipo de limpieza es un método abrasivo proyectado en seco, mediante aire a presión, arena en seco, sílice de granulometria controlada, vidrio triturado, macroesferas de vidrio, vidrio micronizado, partículas o escorias metálicas, harina de piedra, cáscaras de frutos secos y serrín de madera.

Se trata de un proceso de limpieza de cualquier superficie mediante la proyección de productos de diversa procedencia industrial con un chorro de aire a presión según la naturaleza del material a tratar, mediante máquinas pneumáticas y eléctricas.

Este método tiene varias ventajas, entre ellas su rápida y fácil aplicación sobre grandes superficies, además de ser muy apropiado para fachadas muy sucias. Los inconvenientes son que elimina la pátina natural de las rocas, puede llegar a producir desperfectos en paramentos trabajados, aristas, etc y se genera una gran cantidad de polvo en suspensión.

Limpieza química:

El procedimiento consiste en mojar previamente toda la superficie, luego rociar o cepillar sobre una pequeña cantidad de agente químico y dejarlo actuar durante tiempo, según la cantidad de suciedad y la resistencia del revestimiento. Por último, efectuar un completo aclarado con agua. Las concentraciones suelen ser muy diluidas, para evitar perjudicar el material de la fachada, pero aún así puede afectar a la seguridad del personal.

Estos tratamientos se subdividen en dos grandes grupos, según la forma de aplicación del agente químico: aplicación líquida del agente con diferentes grados de disolución (remojo del paramento, limpieza con el producto diluido y raspado y aclarado final con agua) o aplicación en forma de emplaste (para la limpieza de pequeñas manchas aisladas o residuos tras la limpieza líquida).

ELEMENTOS DE INTERVENCIÓN ANTE LESIONES DE HUMEDAD.

En todos los casos se deberá solucionar previamente la causa que provoca la humedad. Una vez eliminada la causa, y antes de reparar los efectos sobre el paramento, se esperará a que desaparezca la humedad de manera natural o por secado artificial.

Hidrofugación:

La hidrofugación es un tratamiento que consiste en aumentar la resistencia a la penetración del agua procedente del exterior al mismo tiempo que propicia y facilita la salida de la humedad interior mediante la aplicación de productos hidrofugantes. Entre esto productos se encuentran la siliconas, que ademas de hidrofugar actúan como consolidantes.

La superficie a tratar ha de estar limpia, exenta de polvo y seca. Se aplica una única capa, ya que la segunda la repelería. La impregnación debe realizarse con brocha o rodillo en superficies pequeñas y con pistola a baja presión (no pulverización) u otros medios en superficies de gran extensión. Se aplica una sola capa a toda la superficie impregnando el sustrato. Es un tratamiento que se puede aplicar a fachadas y paramentos de obra vista, piedra, hormogón o superficies sin pintar.

Revestimiento con pinturas impermeabilizantes:

Revestimiento mediante pintura decorativa para proteger frente la carbonatación. Se aplica mediante brocha o rodillo de pelo corto con proyección. Puede ser usado en trabajos de repintado, sin mas imprimación, siempre que las capas antiguas posean buena adherencia.

Este tipo de pinturas son permeables al vapor de agua, permitiendo de esta forma la transpiración del soporte. Es de fàcil aplicación y excelente adherencia. Tiene una elevada resistencia a la difusión de CO2, por lo que reduce la velocidad de carbonatación.

El soporte debera estar sano, limpio, compacto y exento de polvo, suciedad, hongos, partículas sueltas, aceites y restos de desencofrantes.

Formación de barrera química contra la humedad ascendente:

Esta intervención consiste en la creación de una barrera química que frene la ascensión capilar de la humedad. Se introducen productos hidropelentes por gravedad que, ademas de frenar las humedades capilares, consigue bloquear las sales solubles y transformarlas en insolubles.

Para ello se ha de repicar 30 cms de enlucido de la zona baja a tratar para facilitar la ventilación y evaporación del agua infiltrada, eliminando la zona afectada por la humedad. Después se perforará en la base del muro una doble hilada de taladros, profundizando hasta unos 10-15 cms de la cara opuesta al muro, sin llegar a a traversarlo.

El diámetro de los agujeros debe ser de 25 a 30 mm con una separación entre ellos de unos 15 cm y una inclinación de 30-45 grados con respecto al muro. Se ha de infiltrar, hasta la saturación, el producto hidrófugo en forma líquida. Una vez haya penetrado el líquido, se tapan los huecos con mortero convencional y se restituye el revestimiento.

Inyección de aislamiento térmico en el interior de la cámara de aire:

Las técnicas de inyección de los diversos productos aislantes exigen diferentes controles durante su ejecución: comprobar la existencia de cableados interiores en la cámaras, la continuidad de la cámara y la existencia de un espesor mínimo de relleno. Esta técnica requiere precisión y especialización por parte del aplicador.

Las inyecciones se realizarán a traves de pequeños taladros espaciados, como máximo 50 cms entre sí, sin que se situen sobre la misma vertical. La inyección debe comenzar por los taladros situados en la parte inferior, llenando la cámara de abajo a arriba lentamente ya que el material específico para estos casos, de baja intensidad, en expansión libre y con un periodo de espumación lento debe saturar el volumen de la cámara sin crear tensiones excesivas en las fábricas colaterales, ya que éstas se pueden llegar a fisurar.

El principal problema es la dificultad de control para verificar la colmatación completa de la cámara. Su principal ventaja, la posibilidad de aplicar el refuerzo por el exterior del edificio, sin interferir en las funciones de los interiores habitados.

Incorporación de aislamiento térmico por el exterior:

Esta es una solución para mejorar el comportamiento térmico de las fachadas que en su momento se ejecutaron sin requerimientos térmicos. Es aconsejable aplicar el sistema propuesto en fachadas donde predominen los paramentos planos.

Para su ejecución, primero se ha de sanear toda la fachada evitando dejar rastro de elementos inestables no adheridos. Después se ha de restituir hasta dejar el plano preparado para poder colocar el poliestireno expandido, que se hará mediante fijación mecánica o con adhesivo, y una armadura con fibra de vidrio unida con también adhesivo. Finalmente se podrá efectuar la aplicación del revestimiento continuo.

Recuperación de la estanqueidad de la junta.

La finalidad de esta intervención es recuperar la estanqueidad de la junta entre edificios o juntas de dilatación. Se puede encontrar juntas abiertas que no hayan sido tratadas desde el principio y constituyen un punto de paso de humedad, juntas tratadas cuyo material de cubrimiento se haya deteriorado por envejecimiento o por pérdida de elasticidad. Este material de recubrimiento también se desprende a causa de la humedad. Es por ello que es preciso un mantenimiento periódico. Otro problema que se presenta es que el cordón de masilla puede salir de la junta a causa de los movimientos de los edificios o de sus elementos.

Fachadas de obra vista: Se debe arrancar el material de la junta y sanear los laterales. Si es necesario, se fregará para eliminar los restos de material y facilitar la aplicación de la siguiente capa, la imprimación de los laterales con un material de taponamiento.

Fachadas de hormigón: Se arranca la junta y se sanean los laterales, se rellena con un material con función tapadera o también se puede utilizar una junta preformada que entre a presión. Para finalizar se sella a base de polisulfuros.

INTERVENCIONES ANTE LESIONES DE DESPRENDIMIENTOS, GRIETAS Y FISURAS

Sustitución de piezas

Cuando las piezas están tan deterioradas que afectan a la estética del conjunto y su reparación no es viable, se procede a la sustitución. Esta operación tiene dos variantes, dependiendo de la tipologia de las piezas, así distinguimos entre sustitución de piezas amorteradas y piezas colgadas a subestructuras metálicas o directamente a la estructura.

En el primer grupo hablamos de fachadas de obra vista y el segundo se trata de fachadas de placas o paneles. En estas últimas, el procedimiento será totalmente distinto, tal y como lo es su sistema constructivo. Es un sistema de desmontaje y montaje, que dependerá de los anclajes específicos utilizados, tanto bloques cerámicos como de hormigón. Se debe considerar el tamaño y peso de las placas, de ello dependerá que se puedan utilizar métodos manuales o mecánicos para su elevación y colocación.

Complementación de piezas:

Este proceso de reparación se puede realizar de dos formas distintas, con porciones de ladrillo o mediante reposición con morteros y pinturas. En el caso de fábricas de obra vista se suelen utilizar morteros de restauración a base de cemento, arena y/o polvo de ladrillo, a los que en ocasiones se añaden aditivos, también se pueden utilizar morteros modificados con polimeros.

Reparación de juntas de mortero:

Cuando las juntas esta fisuradas o cuando existe pérdida de mortero, es necesario realizar su reposición. El nuevo mortero debe tener el mismo color, textura y disposición que el antiguo, además de tener menor o igual resistencia a compresión y composición química similar para evitar la aparición de sales solubles.

Tratamiento de fisuras:

Ante fisuras no estructurales de poco grosor se abre una zanja en forma de “V” por todo el recorrido de la fisura para eliminar todo el material dañado y se rellena con mortero especial o resina para conseguir una nueva unión.

Tratamiento de grietas:

Ante grietas que afectan al paramento es preciso reforzarlo. Habitualmente se realiza esta operación mediante “cosido” o “grapado” de las grietas. Para ello primero se abre la grieta en “V” y se realizan unas rasas perpendiculares a la grieta para la colocación de las grapas, armaduras o alambre, se sellan con resinas epoxi y con mortero especial de relleno. Una vez reparada la zona, se puede colocar una malla en la superficie reparada para conseguir una superficie homogénea y para finalizar, se aplica un revestimiento continuo para devolver a su aspecto original.

Reposición y/o restitución del revestimiento continuo:

En fachadas con revestimiento continuo, cuando éste se encuentra muy deteriorado, se elimina parte del mismo o en su totalidad.

Una vez limpio el soporte se procede a la reposición del revestimiento, enfoscado, enlucido o monocapa. Los morteros y aditivos utilizados dependerán en cada caso, y se suelen suministrar en polvo para mezaclar con agua buscando la plasticidad deseada. Por último se realiza la aplicación del nuevo revestimiento al paramento con herramientas manuales. Ciertas aplicaciones de enlucidos y morteros monocapa, se pueden proyectar con máquinas neumáticas.

Demolición del alicatado y nueva ejecución con junta abierta:

Cuando aparecen abombamientos, grietas, fisuras o desprendimientos de un alicatado, se procederá a su sustitución y colocación con junta abierta para absorver los cambios dimensionales. Para ello se elimina el alicatado afectado, se prepara el soporte como si se tratara de acabado continuo y se coloca de nuevo las plaquetas con junta abierta. El mortero se colocará sobre el soporte en lugar de en el dorso de la plaqueta.

Consolidación del aplacado adherido:

Reforzar la posición de las placas en el paramento consiste en la introducción de tacos químicos. Para ello se deben perforar las placas por cuatro puntos, colocar el elemento de sujección, tapar la cabeza de la fijación con mortero y por último unificar el color de la fachada.

Introducción de juntas de retracción:

Este proceso se realiza en fachadas alicatadas y aplacadas donde las juntas de retracción han sido mal proyectadas o mal ejecutadas. Se procederá según las necesidades funcionales y composición formal del cerramiento, por lo que pueden haber muchas variantes. Habitualmente se suele demoler parcialmente líneas de plaquetas y se sustituyen por otras de menor tamaño o se abre la junta de forma mecánica mediante radial o similar. Para su sellado se coloca un perfil metálico en U anclado al soporte o se rellena la junta con material elastómero.

Refuerzo y sustitución de anclajes:

El refuerzo de aplacados se puede realizar mediante anclajes puntuales o lineales. En los puntuales se utilizan pernos metálicos (dos por pieza) con sistema de anclaje mecánico o químico, asegurando su agarre a la parte sólida del soporte. Dichos anclajes se suelen profundizar en la propia pieza y taparlos exteriormente con masilla de marmolista. Para los anclajes lineales se utilizan perfiles metálicos colocados por el exterior y anclados por puntos, distribuidos de tal modo que todas las piezas resulten sujetas por dos laterales opuestos.

Reparación de piezas de hormigón armado:

El desprendimientos superficial producido en las placas es debido a la corrosión de la armadura interior, por lo que se deberá repicar y sanear todo el hormigón de recubrimiento de la armadura afectada hasta dejarla vista, limpieza y saneado del óxido, protección de la armadura a base de una imprimación (debe ser compatible con el mortero reparador posterior) y por último, restituir la sección original con mortero reparador.

INTERVENCIONES EN ELEMENTOS SINGULARES DE LAS FACHADAS

Intervenciones ante lesiones de corrosión por oxidación:

Son intervenciones realizadas en elementos metálicos tales como barandillas y rejas.

Por oxidación y corrosión se entiende la transformación molecular y la pérdida de material en las superficies de los metales, sobretodo del hierro y del acero.

El origen del proceso de corrosión está en la oxidación superficial del elemento, donde la causa será la falta de protección superficial del metal. De este modo, la reparación será conjunta, abarcando tanto la causa como ele efecto, consistiendo en una limpieza profunda de la superficie del elemento metálico y su nueva imprimación antioxidante.

Limpieza mediante proyección de partículas:

Como esta técnica tiene mayor energía de abrasión, nos servirá para grandes superficies y capas de corrosión mas importantes. Normalmente se trata de proyección de arena silícea, pero tambien se puede utilizar proyección de virutas de acero, granalla de plomo, etc.

Decapado químico:

Igual que la limpieza química, consiste en la aplicación superficial de un producto químico que descomponga el óxido metálico y lo convierta en una capa porosa fácil de eliminar mediante cepillado o rascado. Dichos productos son muy variados, en función del óxido que se trate. El proceso se completa con un buen cepillado y aclarado.

Colocación de refuerzo de dintel:

Dinteles de obra o piedra situados sobre ventanas, balcones o portales. Normalmente los dinteles de obra están formados por piezas cerámicas a sardinel, y los de piedra están formados por una sola pieza que se apoya sobre la jambas.

Los movimientos de las fachadas generalmente provocan grietas sobre estos elementos. La intervención se basa en colocar un elemento resistente que trabaje a tracción (un perfil en forma de T) en la parte inferior del dintel con el fin de contrarrestar los esfuerzos y unificar el comportamiento del elemento.

Sustitución del vierteaguas:

Tanto de ventanas como de balconeras. El agua de la lluvia que se derrama por la franja de la pared que se encuentra bajo la balconera provoca desprendimientos del revestimiento. Para poder controlar el agua de la lluvia que incide en el hueco de la balconera se tendrá que sustituir el vierteaguas por uno adecuado. La sustitución se hará con piezas cerámicas que tengan un goterón de 3 cms de vuelo o con una plancha metálica galvanizada de 8 mm de grosor (similar a la de una baldosa) protegida y se sellará la junta.

Consolidación de la caja de persiana:

La caja de persiana, en este caso, está constituida por un elemento prefabricado en “L” de hormigón armado o de cerámica armada. La “L” se apoya en la jamba de la ventana o de la balconera. La junta que hay entre la cara exterior y el paramento es una junta débil, ya que si se mueve el cerramiento o la estructura, se marca la junta y se agrieta.

Para arreglar este tipo de lesión se repica el revestimiento exterior, se sanea y se fija con resinas o mecánicamente un goterón al lado de la arista de la “L”, reforzando con una malla que coja 20 cm mínimo por encima del encuentro con la obra, y finalmente, poner el revestimiento con el mismo material original.

Sustitución del ángulo metálico inferior (obra vista):

Las barandillas de obra vista se apoyan en una losa del voladizo y un carquiñoli que se apoya sobre un ángulo metálico soldado a unas barras de acero fijadas a la losa.

La intervención planteada consiste en estabilizar el conjunto, apuntalando si hiciese falta. Según el estado de oxidación de los tirantes, se hace una sustitución total, colocando un nuevo ángulo galvanizado con tirantes fijados con tornillos. Finalmente se ha de rehacer el conjunto de sardinel de piezas de carquiñoli.

Reconstrucción de barandillas de hierro fundido:

Son barandillas encastadas a las fachadas y apoyadas en las losas. La intervención habitual de estas barandillas es la sustitución de las piezas rotas. El criterio que se sigue es realizar las piezas con fundición y fijarlas al conjunto.

Restitución de barandillas de hierro forjado:

Las barandillas de hierro forjado tienen sus elementos unidos con bridas de plomo, bronce o cobre, pero también con tornillos. Están empotradas a la fachada y se apoyan en las losas. A causa de su geometría hay muchos rincones donde se acumula el agua de lluvia facilitando su oxidación. La intervención consiste en la sustitución de elementos deteriorados, fijando los nuevos con tornillos, bridas o mediante soldadura eléctrica.

Reconstrucción de losas de piedra:

Las losas de balcon de piedra natural y generalemente estan empotradas bajo las jambas de la abertura y suelen volar unos 70 cms. Muchas veces las losas no tienen goterón y el agua cae por la moldura la cual resulta afectada y erosionada. A parte el agua está en contacto directo con el apoyo de la barandilla, lo que provoca problemas de corrosión y expansión.

La intervención consiste en rehacer la sección erosionada. Primero se sanerá toda la superficie de la losa y se limpiará para quitar las sales de formación. Después se aplicará una capa mineralizadora para endurecer la piedra y se colocarán las fijaciones de acero inoxidable en la zona donde se ampliará el grosor. Finalmente se restituirá la sección con mortero por capas de 2-3 cms y se reconstruirá la moldura haciendo un goterón.

Rehacer la protección de los perfiles de la losa:

Losa de obra maciza apoyada sobre las alas inferiores de perfiles metálicos. La losa está constituida por tocho macizo y/o baldosas fijadas con mortero de cal, la parte inferior de la cual esta formada por un grueso que absorbe al ala inferior de la vigueta y la cubre.A causa de la horizontalidad de la losa, la evacuación de agua de lluvia es muy lenta y se filtra por el interior de la balconera, provocando erosiones y desprendimientos en la zona de las viguetas.

La intervención consiste en rehacer el recubrimiento inferior de las alas de las vigas. Primero se repica y sanea todo el recubrimiento inferior de las alas de las viguetas. Se repican cuatro agujeros por vigueta (dos a cada lado alineados) para fijar los elementos de anclaje. Después se fijan los ganchos y se pone una malla metálica de acero inoxidable para homogeneizar la masa del recubrimiento. Finalmente se ha de enlucir la superficie inferior con mortero formando un goterón.

Consolidación de la moldura:

Elemento de piedra artificial, en forma de moldura, colocado en la testa del forjado. Se sujeta mediante unos ganchos que quedan dentro de la masa del hormigón en el momento de ejecutar el forjado. La piedra tiene un problema, la porosidad, la facilidad de carbonatación y como consecuencia la corrosión y desprendimiento del gancho.

La intervención consiste en consolidar la posición de la pieza, colocando un mínimo de dos tacos químicos, haciendo dos agujeros de diferentes diámetros para que la cabeza quede escondida y se pueda tapar con mortero.

Consolidación del perímetro e impermeabilización de balcones:

Son terrazas de exteriores o balcones interiores reculados del plano de la fachada. La terraza está protegida por tres paredes perimetrales y el frontal está protegido por una barandilla metálica. No tiene impermeabilización y las filtraciones de agua de lluvia afectan a las viguetas. También existe una ausencia de vierteaguas con goterón, a través del cual cae el agua de lluvia y provoca lesiones en el revestimiento y la vigueta perimetral.

El objetivo de la intervención es reconducir las aguas y corregir funcionalidades. Se tendrá que levantar el pavimento existente y quitar las fijaciones de la barandilla metálica. Repicar todo el perímetro y reconstruir. Después se impermeabilizará la terraza con lámina prefabricada y se volverá a pavimentar, haciendo un buen remate perimetral con vierteaguas y goterón. Finalmente se colocará la barandilla metálica sobre el pavimento, saneando y volviendo a enlucir la parte inferior de las terrazas.

Tratamiento e impermeabilización superior (cornisas y molduras):

Cornisa de obra de fábrica apoyada en la fachada y ménsulas empotradas. El acabado superior es estucado con pendientes al exterior. Puede degradarse el estucado superior por la erosión provocada por el derrame de agua.

La intervención consiste en repicar y sanear todas las pendientes superiores. Coser las grietas con armadura inoxidable para recuperar la homogeneidad del conjunto, y rehacer las pendientes con mortero e impermeabilizar la parte superior con baldosas tradicionales y vierteaguas.

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